Es
curioso como las cosas cambian de perspectiva según las circunstancias que nos
rodean. Hasta hace unas semanas, estaba preparando una sorpresa para mi marido
con motivo de nuestro 3º aniversario. Pero unos días después, nos llamaron del
hospital para darnos día y hora para operar a mi pequeña. 2 días después de
nuestro aniversario, estaba en el quirófano para una operación rutinaria, pero
no por ello con menos riesgos. Por suerte al día siguiente estábamos los 3
felices en casa y pudimos por fin, soplar nuestro pastel con triple
celebración: nuestro aniversario, los 21 meses de la peque, y lo más
importante, que la operación había ido genial!
Cuando
hace 8 meses nos dijeron que tendrían que operarla, empecé a buscar como loca
información por internet sobre la operación (aparte de visitar 2 especialistas
en la materia, para ver si tenían el mismo criterio). Ya lo sé, no se ha de
hacer pero una es humana. Quería ver si alguien había escrito algo sobre la operación,
los riesgos, como se administra la anestesia en bebes,... Pero no encontré
nada. Me imaginaba a mi hija chillando porqué le intentaban poner una vía,
llorando cuando se la llevaba la enfermera hacia el quirófano. Nada más lejos
de la verdad. Escribo esta entrada para explicar nuestra experiencia por si
puede servir a otros padres preocupados y así tranquilizarlos.
Supongo
que cada hospital tendrá su protocolo pero no deben diferir mucho unos de
otros, al menos en los hospitales españoles. Yo concretamente hablo de lo que
vivimos en el Hospital de Terrassa. Nada más llegar y registrarnos en el
departamento de "Cirugía sin ingreso" nos fuimos a una sala de espera
dividida en dos partes: adultos y pediatría. En nuestra zona teníamos una mesita
y sillitas para ellos, así como hojas para pintar y algunos juguetes. No
obstante el anestesista en la visita previa,
me indicó que nos lleváramos su juguete consolador para el despertar de
la anestesia y alguna otra cosilla que pudiera gustarle durante la espera.
Al
cabo de unos minutos vinieron 2 enfermeras: una empezó a repartir entre los
adultos que iban a ser operados en breve una pastilla que se tenía que poner
debajo de la lengua. La otra enfermera era para pediatría. Se acercaba a los
padres y nos preguntaba cómo se encontraban los peques: si tenían tos, fiebre,
mocos,... Se los miraba un poco por
encima para comprobar que estaban sanos. Esto nos tuvo un poco agobiados
durante los días previos a la intervención ya que ahora que nos habíamos hecho
a la idea de esa fecha, queríamos que la operaran y no alargar más la espera.
El día antes de la intervención, nos llamaron para ver cómo se encontraba ya
que si estaba enfermita, se cancelaba la cita. A mi hija la operaban en viernes
y por prudencia, no fue a la guarde durante toda la semana, para no resfriarse.
Fue recomendación de su pediatra ya que se encontraba algo resfriada. En la
sala de espera había un niño con 38ºC
de fiebre y otro con una tos seca horrible. El resto, estaban todos perfectos.
Lógicamente, a los 2 enfermos, la enfermera los envió para casa. Así nos
enteramos que el día de la operación a algunos les habían dado una medicación
en casa. Desconozco el que y si es a todos pero creo que los adultos también se
tomaron algo esa mañana.
A
mi peque la habían de operar de estrabismo y creíamos que tenía conjuntivitis
en un ojo y así se lo dijimos a la enfermera, que nos dijo que luego la vería
su oftalmóloga a ver si no había problemas para operarla. Tras la charla, le
pusieron una bola gigante de cremita en cada mano y se lo taparon para que no
se lo tocara. Nos explicaron que era para calmarlos un poco. Lógicamente a mi
peque no le gustó nada y tuvimos que inventarnos que llevaba guantes de
princesa. Pero claro, con 21 meses, ella lo que entendía es que llevaba unas
cosas muy raras en las manos. Un rato después nos llamaron y pasamos a otra
sala que ya era exclusiva de pediatría. Era una habitación cuadrada y en dos de
sus lados había sofás súper cómodos, de estos en los que puedes estirarte totalmente.
En otro de los laterales había montones de juguetes y en el otro lado una
camilla, gasas y otras cosas médicas. Allí le quitamos su ropita, le pusimos el
pijama y le dimos su muñeco consolador. En ese momento entraron la anestesista
y la oftalmóloga de mi hija, la cual desmintió la conjuntivitis tras examinarla.
Ambas dieron el ok a la operación y nos avisaron que enseguida se la llevarían.
Nos
quedamos unos minutos solos en la sala hasta que entró una enfermera, la cual
le introdujo el líquido de una jeringuilla por la nariz. Eso sí que no le gustó
nada. Empezó a llorar como una loca. Pero a los pocos minutos se había
olvidado. Nos explicaron que era un relajante. A partir de ese momento, la tuve
en bracitos hasta que casi se durmió, momento que aprovechó la enfermera para
llevársela. Unas horas después veríamos como ese "chiringazo" en una
niña de unos 12 años, la dejó KO en menos de 3 minutos. Se cayó redonda en uno
de estos súper sofás.
A
partir de ahí, empezaba la larga espera. Nos dijeron que podíamos dejar las
cosas en una taquilla y que ya nos avisarían cuando acabara la operación. En
principio nuestra peque era la primera. Habíamos llegado al hospital a las 8:30
y ya eran casi las 10 cuando nos separábamos de ella. La operación era de 15 minutos por lo que
esperábamos tener noticias antes de las 11. Pero al final resultó que solo
había un quirófano para niños y entró primero un niño al que operaron de una
hernia. Total que a las 12 yo ya estaba bastante nerviosa. Esas horas de
incertidumbre son las peores. No podía leer ni pensar en ella. Me la imaginaba
tumbada en el quirófanos con cables, abriéndole los ojos,... la imaginación es
horrible. No podía ni leer y eso que ahora estoy inmersa en un buen libro. Lo
mejor que podéis hacer es llevaros buena compañía y que os distraigan hablando
de cualquier cosa ajena a vuestro hijo y la operación. Yo me llevé la mejor
compañía posible: a mi marido y padre de la criatura.
Por
suerte sobre las 12:15 nos llamaron por los altavoces y la doctora nos dijo que
todo había ido muy bien, que cuando se despertara nos avisarían. Bufff. Ya
está. Ahora ya puedo respirar tranquila. Todavía pasó más de media hora (o
igual más, aquí ya dejé de controlar el reloj) hasta que nos llamaron y volví a
entrar en la sala de los sofás cómodos. Allí había una enfermera con mi bebe en
brazos y un ojo tapado. A pesar de hablarle, no me reconoció. Se acababa de
despertar pero estaba zombi total. La cogí en bracitos y me la comí a besos.
Poco a poco se fue despertando y el despertar... fue horrible.
Dicen
que hay gente que se despierta agresiva por los efectos de la anestesia y así
fue con ella. No paraba de morderme, pegarme, estirarme el pelo (mamis,
recogeos el pelo en una coleta porqué sino os arrancarán la cabellera). Se
tiraba hacia atrás y teníamos que ir con cuidado que no se nos desnucara,... Me
costó bastante calmarla pero al final entre los dos lo conseguimos. Ahora ya
podíamos estar tranquilos en los sofás cómodas y, a esperar que se despertara
de verdad. Estuvimos allí un par de horas. Al haber sido una intervención tan
corta, coincidimos con los padres del niño de la hernia en el estómago. Los dos
peques estaban todavía muy atontados por la intervención. Hubo un momento en
que los 6 estábamos dormidos y la enfermera nos despertó diciendo en plan de
broma que eso no era el sofá de casa, que antes despertáramos a nuestros
peques, antes nos iríamos a casa.
Una
vez despiertos, tocaba hacerlos comer. Cuando le dije a mi hija si quería un
bibe, se volvió loca de contenta. Llevaba sin comer desde las 19:30 del día
anterior y ya eras las 14h. Se tragó el bibe literalmente, no quiso hacer
ningún descanso y lógicamente, con tanta prisa, le sentó fatal y nada más
acabar, lo sacó todo. El niño de la hernia tuvo más suerte y se tomó un vaso de
cola cao con galletas que según él estaba buenísimo.
Tras
superar la prueba de la comida, le quitaron la vía (se la habían puesto cuando
nos fuimos, mientras dormía, por lo que no se quejó nada), nos dieron el
informe médico, recomendaciones y medicación para los próximos días y listo. Y
hasta dentro de unos días que toca visita a ver como evoluciona todo.
Y
en este punto estamos ahora, esperando ver los resultados de la operación en
breve. Pero eso ya lo explicaré en otra entrada, dedicada al estrabismo
infantil.
Feliz
día!
muchas gracia por compartir tu experiencia..yo estoy igual ..mi niño tiene un quiste en el ojo y hemos decidico operarle...pero tenemos un miedo ....espero que todo esto pase pronto...mi correo es cottalorena@hotmail.com....me gustaria saber mas sobre los riesgos de la anestesia general...cuentame tu experiencia
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