Estos días he
empezado a pensar en los regalos de navidad. Le pregunto a mi hija que qué
quiere y me dice que una corona. Y le digo ¿y qué más? y me dice
"yata". Y yo le digo que no, que algo más, que si quiere una muñeca.
Y me dice, No! que ya tengo! un puzzle? no ya tengo. Colores? que no. Que
quiero una coronaaaaa. Sí una corona, ¿pero qué más?
Le he dado
varios folletos de juguetes y se los mira, le hacen gracia pero luego se va a
pintar o a leer un libro.
Y es que
llegados a estas fechas, me llega el agobio. Yo quiero regalarle algo que le
haga ilusión, que crea en la magia de la Navidad. Los yayos, tíos y primos
quieren regalarle juguetes pero... no sé qué decirles, porqué ella no quiere
nada. Y la conozco. Como le regales algo que no le entre por la vista... se
queda por los siglos de los siglos en el armario.
¿Pero vale la
pena regalarle cosas si no quiere? ¿No es una pérdida de tiempo y de dinero? El
año pasado el regalo estrella nos costó más de 70€. Un juguete que tiene de
todo: muñecos, animales, aviones, coches, casa,... Me encantó. Y creo que el
agrado fue inversamente proporcional al suyo. La gracia que te hace que no le
haya hecho ni caso desde el primer día... no os cuento como me pone. En cambio
para hacer bulto le compré un juego de sellos de animalitos que estaban de
oferta por un euro y... todos los días jugamos con ellos. De hecho se han
quedado casi secos así que los reyes traerán más, pero esta vez de más buena
calidad ya que le han gustado tanto.
En Navidad nos
quejamos que gastamos mucho pero nos lo provocamos nosotros mismos. Queremos
que nuestros hijos sean felices y les regalamos muchas cosas. Y eso lo hacemos
extensibles al resto de personas que queremos. Reconozco que me gusta regalar.
Es verdad que
hay niños que piden de todo pero porqué los hemos educado así de pequeños. La
mía nunca te pide nada, igual porque todavía es demasiado pequeña pero este año
que ya entiende que los reyes traen cosas... podría pedir el oro y el moro y la
pobrecita está empeñada en que le traigan una corona de la princesa Sofía. Y
eso que no es una niña que nade en juguetes.
Sé que ella
sería feliz igual si no le trajeran nada los reyes. Pero sé que no será así y
que cuando se despierte el 25 de diciembre y el 6 de enero, alguna cosita la
estará esperando. Yo soy así y quiero que mi peque siga creyendo en la magia de
los Reyes Magos.
Al final por fin
hace quince días se nos ocurrió a su padre y a mí que comprarle. Un peluche
gigante de DESDENTAO, que sabemos le encantará ¿Y qué ha pasado? Pues que lo
fui a comprar y como sabemos la ilusión que le hace... no nos hemos podido
esperar 5 semanas más y el sábado por la mañana cuando se despertó se lo
encontró en medio del salón. Y es que regalar para Navidad está muy bien pero
si nos apetece mimar un poco a nuestra peque... ¿por qué no hacerlo??
Y ahora vuelve a
tocar... pensar que regalarle para Navidad.
Uffff! jejeje
Feliz día!
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