Con
este título la verdad, es que la peli no me atraía demasiado. En el
cartel se ve a un chico con la cara ensangrentada y de fondo un
bosque. Me lo imaginaba a la caza, detrás de un oso asesino. Pero
nada más lejos de la verdad.
La
película trata sobre las consecuencias de explicar una mentira. Y no
cuento más para no estropear la intriga, porqué la verdad, la
película engancha. Es una de las pocas películas que he aguantado
entera un sábado por la noche desde que nació Astrid.
Si
ya has visto la película o no la piensas ver, puedes seguir leyendo.
Si te interesa verla, no sigas leyendo a riesgo de conocer el
desenlace. Ya tendrás tiempo de leer mi opinión.
Se
dice que los niños pequeños no dicen mentiras, no está en su
naturaleza. Pero la protagonista, Clara, lía una y muy gorda. Y todo
porqué su profesor no quiere el corazón que le ha hecho con todo
cariño y mucho menos un beso suyo en los labios. ¿Se podría haber
evitado todo esto?
Está
claro que tenemos que educar a nuestros pequeños para que no digan
mentiras. Pero en caso de abuso de menores, debe ser muy complicado
saber si dicen la verdad o nos cuentan una mentira porqué los han
coaccionado a no hablar. Entiendo que en la película la directora se
creyera la historia de Clara. Pero no estoy de acuerdo en cómo llevó
las cosas. Cuando tuvieron la entrevista con el psicólogo, le hacían
preguntas demasiado explícitas y yo creo que ni sabía a lo que
contestaba. Porqué ella no quería seguir y la obligaban a
contestar. Por agobio iba diciendo a todo que sí, que si se la vi,
que si la toqué, que sí que vi una cosita blanca... Igual tendrían
que haber dejado que explicara la historia a su manera. A esta edad,
desconocen muchas cosas y es fácil pillarles con una mentira.
También tendrían que haber hablado más con el profesor implicado,
dejarle explicar su versión de los hechos. Así igual hubieran visto
que se contradecían explicando quien quería regalar el corazón a
quien, y si lo hubieran encontrado, habrían visto que estaba hecho
por la niña, no por el profesor.
Tras
la película, me quedo con dos pensamientos:
¿Realmente
podemos proteger a nuestros pequeños de que sufran abusos en nuestra
ausencia? ¿Cómo nos podemos enterar en caso de que suceda?
Y
la otra sí que está en nuestras manos: ir con cuidado con lo que
decimos si no tenemos toda la información, porqué podemos provocar
rechazo contra una persona inocente.
Feliz
Finde.
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