Como sabéis los que me seguís, este año hemos empezado P3, y con ello...
han entrado varias novedades en nuestras vidas: nuevo colegio, nuevos
amiguitos, nuevos profesores y... la mascota.
En la primera reunión de padres que tuvimos en septiembre, ya nos lo
avisaron. Cada clase tiene una mascota, en este caso un peluche llamado
Piu-Piu. Cuando los niños ya estuvieran integrados en el nuevo cole, se haría
una ceremonia especial. Se pondría una caja en el suelo y de allí... saldría
Piu-Piu. A partir de entonces, cada noche Piu-Piu dormiría en casa de uno de
los niños y así aprenderían a compartir los juguetes.
Cuando la profe acabó la explicación yo estaba encantada. Que guay! un
muñeco que cada día cambia de manos. La mía se pondría contentísima el día que
le tocara. Ya me estaba imaginando pasar el finde con el peluche en casa,
llevándolo a la montaña, poniéndolo en el sitio de honor a la hora de
cenar,....
Pero ai! estamos hablando de niños de 3 años, que se quieren un montón a
sus juguetes y no siempre entienden la palabra compartir.
Me he pasado un mes escuchando: quiero el Piu-Piu, quiero Piu-Piu,
cuando me toca Piu-Piu, cuando me toca Piu-Piu, buahhh a otro niño le ha tocado
hoy el Piu-Piu y yo quiero el Piu-Piu,... Horrible. Pero al final, la semana
pasada... por fin nos tocó el Piu-Piu! Mi peque salió súper contenta de clase,
con el muñeco en sus brazos y dándole besos (y yo solo podía fijarme en que estaba
súper sucio después de haber pasado por 20 manos). Mama, tenemos el Piu-Piu. Si
cariño. Mama cuidaremos el Piu-Piu, mama le daremos la comida y dormiré con
Piu-Piu, si cariño....
Llegamos a casa y... canasta. Piu-Piu tirado encima del sofá, solo y
abandonado. Durante un buen rato se olvidó de él y se puso a jugar con sus
cosas. Yo creo que si en ese momento lo hubiera escondido... ni se habría dado
cuenta. Pero el hecho de compartir una mascota es que aprendan a cuidarlo y
claro, se lo tuve que recordar a mi hija y decidió hacer de buena anfitriona.
Nos llevamos a Piu-Piu a la bañera, cenó en la mesa con todos, jugó al dominó,
nos hicimos una sesión de fotos,... Y eso sí, a la hora de dormir, mi hija no
se quiso separar de él.
Pero aix al día siguiente... Mi peque tuvo clarísimo que lo quería
llevar al cole pero... no pasárselo a otro niño. Vaya berrinche me cogió por el
camino. Y lo peor no fue esto. Lo peor fue recogerla a las 5 y empezar de
nuevo. Que yo quiero el Piu-Piu, que cuando me toca el Piu-Piu,... Dos días
después ... seguimos igual. Y me temo que vamos a pasarnos así los 22 días que
nos faltan hasta que nos vuelva a tocar.
Maldita la gracia del Piu-Piu. No quiero saber qué pasará cuando pasemos
del peluche al animal vivo que habremos de cuidar...
Feliz día Piu-Piu!
No hay comentarios:
Publicar un comentario