Hace unos
días cuando repasaba las entradas del blog vi la de "odio los
domingos". Y pensaba, pero si no hay para tanto! ¿Qué me debió pasar para
agobiarme tanto?? Pues ayer volví a pensar lo mismo.
Tocaba pasar
solitas el domingo mientras papa trabajaba y la verdad no me apetecía nada
bajar al parque. Craso error. No se puede tener a un peque tantas horas en casa
sin desfogarse. Me pasé gran parte del día recogiendo todo lo que ella iba
desmontando, sin poder encender la tele ya que sino, me pide dibujos, tampoco
podía usar el ordenador porqué sino, se venía corriendo a tocar el ratón. Leer
imposible. Me gusta tumbarme con una novela y ella en el mejor de los casos, se
trae un cuento para que se lo leas. En el peor, como ayer, se pone encima de mi
barriga a saltar. Al final, aburrida de haber sacado el polvo, limpiado la
cocina y tal, me fui a recoger la ropa del tendedero, no sin antes preguntarle
si se quería venir a ayudarme (por lo general le encanta) Pero me dijo que no.
La peque
aprovechó mi "ausencia" (a
ver, solo estaba en la terraza, tampoco me había ido de casa ni a otro piso y
la oía perfectamente), para trastear en su armario. Es su nueva distracción:
tirarlo todo al suelo, abrir las cajas,... Y se encontró con algo que no había
desde hacía meses: la caja donde guardamos las medias... Por desgracia, dentro
escondí en febrero los colores que utilizamos para carnaval para pintarle la
cara. Menudo tesoro! Tendría que haberle dado importancia cuando vi que se
llevaba la sillita que utiliza en la salita, hacia su habitación. Pensaba que
venía a verme a la terraza y se iba a sentar en ella. O tendría que haberle
dado más importancia todavía cuando dejé de oírla trastear... Pero no, yo a lo
mío, sacando la ropa seca de la sisi y doblándola. Le pido ayuda a la niña para
que vaya llevándose su ropa y viene y se lleva una de sus braguitas limpias. Le
digo si se lleva algo más y me dice que no, y se va corriendo.
Como no la
oía, saqué la cabeza por su habitación y la encontré en plena faena. Por la
cara que le puse, debió pensar: la estoy liando. Pero no le dije nada y solo
empecé a pensar que ya tenía trabajo extra cuando acabara de doblar la
ropa. Estaba toda ella pintada, zapatos,
medias, vestido, cara... y las manitas! Se había dedicado a pintar de rojo y
negro toda su sillita y al hacerlo, se había manchado toda. No se veía el
dibujo original. Y supongo que ella misma vio que estaba haciendo algo mal
porqué decidió coger las braguitas y limpiar la silla... La primera idea fue
pegarle un grito y reñirla pero con la carita que ponía ... lo dejé estar. Le
di un par de toallitas húmedas y le dije: ala, ya tienes trabajo. Lo quiero
todo bien limpio. Y si si, al cabo de un rato, la silla y las patas ya habían
recuperado su color original.
Pero ella...
tuvo que irse directa a la "lavadora", es decir, a la bañera. No
quieres trabajo? pues sesión doble por ser domingo. Le había puesto un vestido
muy bonito para la sesión de fotos de navidad (es que estoy preparando ya los
christmas para enviar a la familia) y salvo por el vestido, que casi estaba
intacto, el resto estaba hecho una pena. Le digo: mira que manos más sucias! Y
me dice: “ y las medias también están sucias".
Que aburridos serian mis domingos si pudiera tener 1 hora
libre para mí en horario infantil. ¿Es mucho pedir?
jajaajaaj, como se les deje solas son un peligro! la verdad es que un dîa entero en casa es bastante difîcil...
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